OBSERVANDO L A IMAGINACIÓN: paciente en estado vegetativo
Este artículo es de un fragmento/apartado del libro “La vida Secreta de la Mente” (Mariano Sigman).
¿Alguna vez te preguntaste si podemos “hablar” con la conciencia?
Una mujer tuvo un accidente de tránsito lo que la dejó en estado vegetativo. Le hicieron un estudio de resonancia magnética funcional del cerebro ➡️ “Su actividad cerebral, ante la escucha de distintas frases, era comparable con la de cualquier persona sana”. Pero, lo que llamó la atención fue que “la respuesta resultaba más pronunciada cuando la frase era ambigua”, el cerebro estaba procesando una ambigüedad = forma de pensamiento elaborada: “Durante el sueño profundo o la anestesia (donde uno presume que efectivamente una persona esta inconsciente), el cerebro también responde de manera elaborada a frases y sonidos”.
“Cuando una persona consciente imagina que juega al tenis, se activa principalmente una región conocida como el área motor suplementaria. Esta región controla el movimiento muscular. En cambio, cuando alguien imagina que camina por su casa, se activa una red que incluye sobre todo el parahipocampo y la corteza parietal” = “…esto hace suponer que es capaz de entender y también de imaginar lo que se le dice”.
“Estas activaciones se observan en muy pocos pacientes vegetativos, pero en estos casos esta tecnología permite mejorar la capacidad de entender que piensa el otro cuando es incapaz de expresarlo”.
“Ya no hace falta preguntarle a alguien si imagina que está jugando al tenis o navegando por su casa. Es posible decodificarlo con precisión al observar su actividad cerebral. Con esta resolución se puede leer la mente del otro, al menos en un código binario: tenis o casa. Esta herramienta se vuelve particularmente relevante cuando no es posible preguntar. O, mas bien, cuando el otro no puede responder”.
Sabiendo esto, es inevitable pensar que esto abre muchas puertas para nuevas formas de comunicación. Los científicos también pensaron esto e hicieron otra prueba:
“…se puede establecer una suerte de código morse”:
Decir “no”= imagina que caminas por tu casa
Decir “si”= imagina que juegas al tenis
De esta forma se pudieron comunicar con otro paciente en estado vegetativo de veintinueve años. “Cuando le preguntaron si el nombre de su padre era Alexander, se activó el área motor suplementaria, que indica la imaginación de tenis y que significa, en este código, un “si”. Luego le preguntaron al paciente si el padre se llamaba Tomás y se activo el parahipocampo, que indica la navegación espacial y que, en este código, representa un “no”. Le hicieron cinco preguntas que respondió correctamente con este método. Pero no respondió la sexta”
Esta última aclaración es importante ya que “…no pudo haberla escuchado o quizás se quedó dormido. Esto, claro, es muy difícil de determinar”
“Es probable que la limitación actual pueda reducirse a un asunto de tecnología, pero es engañoso creer (o hacer creer) que estas medidas indica una conciencia parecida en forma y contenido a la de una vida normal. Quizá se trate de un estado mucho más confuso y desordenado”.
Esto es lo más parecido a “leer mentes” que conozco. Recordemos esto. Tal vez, en un futuro, lo volvamos a leer y digamos: “no sabíamos lo que nos esperaba...”.
¿Ustedes que piensan de esto? ¡¡Los leo!!
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Hola! Finalmente he podido sentarme a leerte. Qué artículo tan interesante! Claro, es un tema profundo, muy complejo y con muchísimas aristas. Y tengo varias reflexiones que voy a intentar plasmar a continuación.
Los estudios hechos por Mariano Sigman son en general muy interesantes. Entre mis favoritos están el poder de la palabra y aquello de la relevancia de los grises en las dinámicas de grupo (la sabiduría de las masas). Me parece genial que resuenes con su contenido.
Sin embargo, (no sé si también te pasa; ahorita voy por más de lo tuyo a ver si me entero antes de que me respondas), hay cosas que aún me causan conflicto, como pensar que el avance tecnológico no es orgánico, no acompaña sino que impone. No nace del suelo, no tiene raíces, y la promueven los de siempre, esos que nos hacen necesitar lo que no necesitamos.
Hace algún tiempo, me salió un comercial de un BrainCenter en Santiago (resido en Chile). Mostraban sus instalaciones y la tecnología que usaban a través de imágenes con diferentes niños a los que les ponían un gorro de goma con electrodos. No recuerdo el slogan pero el mensaje era sin duda: ¿Tu hijo es un desorden? Nosotros te lo arreglamos.
Ahí radica un dilema mayor: la idea de que hay algo que arreglar (sobre todo en niñxs!) y que la solución la tiene la tecnología.
Hasta aquí llego por ahora. Es una lástima que no pueda ver la publicación aquí directamente porque había otras cosas interesantes pero que no recuerdo muy bien. Saludos <3